Esta pregunta tiene muchas posibles respuestas y todas son válidas. Iniciar un proceso de psicoterapia no acostumbra a ser fácil. La persona que toma esta decisión, a menudo, lleva tiempo sintiéndose mal o con algún tipo de malestar personal o familiar, pero tiene dificultades para identificar qué es lo que le ocurre.
Cuando nos encontramos en una primera consulta con una persona, pareja o familia, algunas de las primeras cuestiones que nos formulamos como profesionales son ¿qué necesita/n en esta terapia?, ¿qué quiere/n conseguir?, ¿en que podemos ayudarle/s? ¿cómo podemos acompañarle/s? A menudo estas cuestiones no son sencillas de responder por la persona, pareja o familia, y nuestra principal tarea es ayudarles a ir clarificando una demanda ¿Cómo? Detectando cuáles son las dificultades que le han llevado a tomar la decisión de empezar la terapia, identificando desde cuándo se da la situación de malestar, qué síntomas está mostrando o cómo le gustaría estar en su vida después de realizar la terapia.
Los seres humanos tenemos una gran creatividad a la hora de tener problemas, no hay dos dificultades (individuales o relacionales) idénticas. No obstante, voy a definir algunas situaciones en las que sería importante iniciar un proceso de psicoterapia. Posiblemente en alguna de ellas te puedas sentir identificado/a. Nuestra experiencia nos dice que las personas pedimos ayuda psicoterapéutica cuando nos encontramos en situaciones muy complejas o cuando nos sentimos desbordados (físicamente, emocionalmente, en las relaciones, en el trabajo, familia, etc.) y hemos tratado de buscar soluciones pero no nos acaban de funcionar.
Una primera situación que nos encontramos en una primera sesión es una persona o familia con un malestar emocional importante. Por ejemplo, una persona que lleva un tiempo sintiendo tristeza, que tiene pocas ganas de hacer cosas, que no está disfrutando de su vida como antes lo hacía y/o siente ansiedad en situaciones o momentos en los que no comprende que le ocurre. Solemos pensar que el malestar emocional ocurre debido a alguna situación concreta y no siempre es así. En estos casos es importante pedir ayuda, ya que lo que estamos sintiendo está funcionando como una alerta que nos avisa de que hay algo que debemos atender que, si no lo hacemos, puede provocar que se agrave y/o cronifique.
Otro momento en el que es recomendable iniciar una psicoterapia es cuando sentimos que tenemos problemas en nuestra vida que no somos capaces de resolver. Por ejemplo, cuando estamos discutiendo con la pareja y no llegamos a ningún acuerdo, cuando perdemos el trabajo constantemente, cuando tenemos conflictos frecuentes con los amigos, cuando no nos encontramos bien con nuestra familia, cuando no somos capaces de afrontar cambios (hijos adolescentes, duelos por pérdidas de familiares o personas queridas, etc.). Estos procesos vitales a veces necesitan de acompañamiento psicoterapéutico y la experiencia nos dice que después de transitarlos, salimos reforzados porque desarrollamos recursos personales que nos ayudan en otras situaciones complicadas de nuestra vida.
También, es un momento adecuado para iniciar una psicoterapia cuando percibimos vacíos en nosotros mismos o en aspectos de nuestra vida y, aunque no nos están generando muchas dificultades, necesitamos realizar un proceso de crecimiento personal para profundizar en ellos y desarrollar nuevos recursos. En esta situación puede ser adecuada tanto la psicoterapiaindividual como los talleres terapéuticos grupales, dónde compartir nuestra experiencia con otras personas y crecer en común.
Estas son sólo algunas situaciones en las que podemos pedir ayuda psicoterapéutica pero hay muchas otras que seguro también requieren de ayuda profesional. Si tienes dudas o, si directamente sientes que necesitas de ayuda psicoterapéutica, puedes ponerte en contacto con nosotros y, una vez nos expliques tu caso, te ayudaremos a valorar cuál es la mejor ayuda para ti y te pondremos en contacto con un profesional de nuestro equipo.